Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía

Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía Christian Faith International Ministries PO Box 3037 T or C, NM 87901* USA E-mail: CarlCFI@aol.com * Web: www.CFIM.Net and www.KingdomFaith Ministries.ORG © 2004 Christian Faith International Ministries. All rights reserved. Permission freely granted to copy if copied in the entirety. el reino podía responder a este reto excepto un hombre: uno que estuviese ungido con la autoridad de Dios, que deriva de la intimidad con Dios, quien previamente había sido probado en su fe. David era ese hombre. Dios ya lo había ungido como rey. A los ojos de Dios el ya estaba ejerciendo como rey sobre Israel. ¿Recuerdan del capítulo “¿Qué es una Maldición?" que las palabras transmiten poder espiritual, y traen maldiciones o bendiciones? La bendición de Dios que fue pronunciada por Samuel sobre David dio como resultado que el pueblo de Dios fue librado de perder una guerra sangrienta, y caer en una cautividad devastadora. David tenía el poder de un rey, aunque todavía no era reconocido ni tenía los beneficios de vivir como tal. ¿Puede usted imaginarse lo que estaba ocurriendo en el campamento de satanás? Súbitamente satanás y su reino estaban consternados y casi aterrorizados. David era el rey reconocido por Dios. El era el verdadero rey. En una reunión de satanás con sus príncipes, después de mucho discutir y echarse las culpas, habrían llegado al asunto de encontrar una forma de liquidar el linaje de David, o corromperlo a tal grado que este fuese interrumpido. Un rey sustituto no había funcionado; el asesinato no había funcionado, y la guerra no había funcionado. Dios libró a David cada vez. Era hora de probar la maldición de bastardía nuevamente. Después de todo, la maldición de bastardía le había dado a satanás 400 años para robar, matar, y destruir. Seguramente en diez generaciones ellos tendrían éxito. Si satanás y sus demonios no podían detener a David, ellos sabían que la promesa de Génesis 3:15 destruiría a los israelitas. Pero si ellos lograban llevarlo a cabo, entonces satanás podía obtener el trono de Dios como lo había deseado cuando cayó. Entonces ellos estaban seguros que podían ganar. El darse cuenta del peligro en el cual se encontraban satanás y su reino habría inyectado terror a través de sus corazones y mentes. Ellos no podían entrar en pánico. En medio de su división, ellos tenían que encontrar una manera de unirse y concentrarse. Ahora, la historia se complica. Satanás usó espíritus de asesinato, y aún con todos los esfuerzos que hicieron, la vida de David fue librada.25 David incluso se convirtió en fugitivo en el desierto, y ¡Dios le trajo un ejército para apoyarlo! Muchos príncipes y sus ejércitos en el reino de las tinieblas hicieron su mejor esfuerzo para detener a David, incluso llegando al punto de tentarlo para asesinar a Saúl mientras Saúl iba al baño en una cueva. Después de todo, la carnalidad de David habría intentado decirle, “Saúl trató de matarme, el se sienta en mi trono, y dirige al pueblo de Dios hacia la maldad." Muchos más pensamientos de este tipo fueron lanzados dentro de la mente de David. Pero David disfrutaba de estar en la congregación del Señor, en comunión con Dios. Dios le dio la idea de solamente cortar un pedazo de su ropa interior, y agitarla ante él desde el otro lado del valle. David tenía la opción de destruir a Saúl, el ungido de Dios. Pero David sabía que sería pecado destruir lo que Dios había ungido.26 Al tomar un pedazo de su ropa interior, David habló con mucha dureza contra los caminos pecaminosos de Saúl. Noten que David, al hablar simplemente contra Saúl, no tocó al ungido de Dios. De hecho, el habló con mucha fuerza contra lo que era impío en

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