Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía

Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía Christian Faith International Ministries PO Box 3037 T or C, NM 87901* USA E-mail: CarlCFI@aol.com * Web: www.CFIM.Net and www.KingdomFaith Ministries.ORG © 2004 Christian Faith International Ministries. All rights reserved. Permission freely granted to copy if copied in the entirety. el comportamiento de Saúl. Esto debiera de estar ocurriendo el día de hoy. Muchas personas piensan que el hablar contra el pecado de ministros ungidos es “tocar al ungido del Señor". Nada pudiera estar más alejado de la verdad. Cada uno de los tres usos de este término en la Biblia se refieren a refrenarse de causar daño físico, no a nuestra manera de hablar públicamente contra el pecado entre los líderes de las iglesias. Dios requiere con frecuencia que los pastores y profetas hablen contra el pecado, donde sea que se encuentre con el fin de cuidar al rebaño. ¡Miren como trabajó Él con Natán para confrontar al mismo David!27 Miren como el Apóstol Pablo confrontó a Pedro por sus vacilantes doctrinas respecto a la asociación judaica y cristiana y las tradiciones de la circuncisión.28 Pablo estaba luchando por la salud y el bienestar de la iglesia y fue obligado por el Señor para hablar contra el error de Pedro en este caso. Entonces no condonemos el error en el liderazgo de la iglesia actual por medio del silencio debido a una frase mal aplicada.29 Saúl vio que David tenía la unción de Dios y que el corazón de David era misericordioso. El corazón de David pensaba que “Quizás Saúl se arrepienta” y este es el corazón que el Señor tiene hacia los ministros que se extralimitan el día de hoy. Pero si surge una doctrina que impide que los creyentes puedan decir la verdad, temiendo que estarían “tocando al ungido de Dios”, el fracaso en alcanzar a los líderes equivocados tendrá un impacto devastador en la iglesia. Para Saúl, el cambio no ocurrió. El murió como un miserable fracaso. Pero David fue librado. Seguramente es una lectura interesante para nosotros en la actualidad. El diablo nunca dejó de conspirar. Años más tarde, después que David fuera rey por muchos años, se encontró nuevamente en guerra. Esta ocasión era contra los amonitas, el mismo linaje mencionado anteriormente, de los hijos bastardos de Lot. David, en vez de dirigir a sus tropas en la batalla como era costumbre para los reyes, se demoró en su palacio en Jerusalén (2 Samuel 11:1). Satanás estaba trabajando en varios frentes. Justamente en el año anterior, David derrotó exitosamente a los sirios, pero no a los amonitas. Algo ocurrió en el corazón de David que afectó su disposición de regresar al frente de batalla. ¿Habrá sido cansancio? ¿Habrá sido falta de enfoque? ¿O pudo haber sido el orgullo por sus logros alcanzados el año anterior? Puede que nunca lo sepamos, pero la Biblia dice que el orgullo antecede a la caída. Si David hubiera ido a la batalla, no hubiera caído en la lujuria que siguió. 2 Samuel 11:1-4 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la Guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa.

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