Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía

Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía Christian Faith International Ministries PO Box 3037 T or C, NM 87901* USA E-mail: CarlCFI@aol.com * Web: www.CFIM.Net and www.KingdomFaith Ministries.ORG © 2004 Christian Faith International Ministries. All rights reserved. Permission freely granted to copy if copied in the entirety. luego a los setenta a sanar y echar fuera demonios, y declaró en Marcos 16 que todos los que creen sanarán a los enfermos. A pesar de todo esto, los creyentes corren al médico primero en vez de buscar primero la solución de Dios. ¡Esto ciertamente es idolatría del primer orden! Así que el creyente consulta con el médico que diagnostica una enfermedad o un mal horrible. Debido a que la fe del creyente está aferrada totalmente a las palabras del médico en vez de estarlo a las palabras del Señor, las palabras del médico a menudo se convierten en un artículo de fe del creyente. Es común que Dios cambie los “hechos” de una condición a medida que el creyente comienza a acercarse a El en fe. Pero habiendo mostrado poca fe en Dios desde el principio, el creyente por lo general está tan abrumado por los “hechos” médicos, que cualquier cantidad de fe que hubiesen tenido para su sanidad, queda totalmente socavada. ¿Qué sucedió? Las palabras pronunciadas por el profesional médico se convirtieron en una maldición. El horrendo diagnóstico es, de hecho, una profecía que, cuando se recibe con fe, le da autoridad a las palabras habladas. Así es como opera una palabra de maldición. Se hablan palabras, que dan autoridad a los demonios tales como el temor, la duda, la preocupación, el cáncer y toda clase de enfermedades y males. ¿Son malos todos los profesionales de la medicina? Por supuesto que no. Son de utilidad para cuando nuestra fe es débil. Todos experimentamos momentos de poca fe como seres humanos, así que si ha atravesado momentos así, no se condene a sí mismo. ¡Solo pídale a Dios que aumente su fe la próxima vez! Dios permite que haya médicos debido a nuestra incredulidad. Pero al tener poca fe, espiritualmente caminamos sobre hielo tan delgado, que los demonios se divierten a costa nuestra manipulando nuestra fe y nuestras emociones. ¡Esto les da una enorme autoridad para asolar, saquear, destruir a los hijos de Dios! Recuerden, satanás fue despojado de toda su autoridad cuando pecó contra Dios. Entonces ¿de dónde obtiene su autoridad para obrar en contra del pueblo de Dios? La obtiene de quienes tienen la autoridad: ¡del pueblo de Dios! ¿Cómo le dan ellos su autoridad a satanás? A través de sus propias palabras e incredulidad. Nuevamente, recuerden, las palabras transmiten poder espiritual. Aún cuando esas palabras vienen de otras personas en quienes confiamos, como los médicos, cuando esas palabras son escuchadas y creídas como “hechos”, adquieren autoridad sobre nosotros. ¿Cómo obtienen autoridad estas palabras? Cuando ponemos nuestra fe en ellas como “hechos”. Cuando el creyente repite las noticias de su enfermedad, los “hechos” adquieren aún más autoridad con cada repetición. ¿Recuerden a la mujer Sunamita de 2 Reyes 4, cuyo hijo murió en el campo? Ella fue de inmediato a buscar al hombre de Dios, Eliseo, declarando “todo está bien” en vez de reforzar la autoridad de Satanás con “hechos” carentes de fe. Ella sabía que Eliseo tenía la fe y la autoridad que ella necesitaba, y que Dios no estaba atado a los “hechos” de la muerte de su hijo. Ella rehusó maldecirse a sí misma con palabras que le dieran autoridad a satanás para hacer de la muerte de su hijo una condición permanente.

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