Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía

Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía Christian Faith International Ministries PO Box 3037 T or C, NM 87901* USA E-mail: CarlCFI@aol.com * Web: www.CFIM.Net and www.KingdomFaith Ministries.ORG © 2004 Christian Faith International Ministries. All rights reserved. Permission freely granted to copy if copied in the entirety. Observen que en los ejemplos de las maldiciones de Balaam y Adán, sobre Caín y sobre otros hombres y mujeres, que las maldiciones fueron lanzadas por medio de palabras. Las declaraciones se hicieron a través de las palabras. Pueden ver, las palabras transmiten poder espiritual. Dios mismo usó palabras para crear el universo. Cuando un ser que tiene autoridad espiritual expresa las palabras, esas palabras que pronuncian llevan poder. Por supuesto, cuando Dios habla, ¡suceden cosas! Pero dense cuenta también, que cuando nosotros hablamos las palabras de Dios, también suceden cosas. Así es como se hacen milagros en el nombre de Jesucristo. Igual que cuando el Espíritu Santo se movía (empollaba) sobre las aguas, y luego se movió cuando Dios llamó a existencia al mundo, así se mueve el Espíritu Santo cuando nosotros hablamos las palabras de Dios. Los ángeles también nos ayudan, como se menciona en Hebreos 1:14; espíritus ministradores que ayudan a ejecutar las palabras de Dios pronunciadas por los creyentes. Pero de igual forma, cuando un ser con autoridad espiritual habla mal, por ejemplo una maldición, esas palabras autorizan a los demonios (espíritus malos) a ejercer poder contra el objeto autorizado por esas palabras de maldición. Por ejemplo, un padre borracho, que maldice a sus hijos, hace más que solo hablar malas palabras. Literalmente autoriza a demonios a actuar y ejecutar esas palabras que habló porque él tiene autoridad sobre esos niños. A través de toda la Biblia, hasta el último capítulo del Apocalipsis, se dice que las maldiciones permanecen con la humanidad. Apocalipsis 22:3 Y no habrá más maldición; Y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, La Biblia también declara que Jesucristo se hizo maldición por cada persona, y que el colgó del madero por nuestras maldiciones.12 ¿Cómo puede ser que todavía existan maldiciones entre los que son Cristianos y los que no lo son por igual, si la obra completa de Jesús en la cruz nos libera de las maldiciones? Examinaremos esta cuestión a cabalidad en el capítulo cinco. Pero la respuesta corta es que ciertamente Jesucristo se hizo cargo de nuestras maldiciones. Pero al igual que todas Sus obras, cada uno debe recibirlas por la fe. Por ejemplo: 1 Pedro 2:24 declara que por Sus llagas, fuimos sanados. Ya fuimos sanados de toda enfermedad, dolencia, magulladura, y padecimiento. Entonces ¿por qué tantos Cristianos están enfermos? Por la misma razón que continúan estando bajo maldiciones: no han aprendido a recibir por fe la liberación que Jesús nos autorizó a tomar libremente para nosotros mismos. Veamos cómo afecta esto con frecuencia a los creyentes hoy en día. Los creyentes con frecuencia olvidan consultarle a Dios cuando están enfermos o lastimados. De inmediato van al médico o al hospital, o tal vez a su botiquín de medicamentos. Sin embargo Dios dijo que por la llaga de Jesucristo fueron sanados, y que Su voluntad es que todos los creyentes estén en salud y sean prosperados. Jesús enseñó a los doce y

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