Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía

Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía Christian Faith International Ministries PO Box 3037 T or C, NM 87901* USA E-mail: CarlCFI@aol.com * Web: www.CFIM.Net and www.KingdomFaith Ministries.ORG © 2004 Christian Faith International Ministries. All rights reserved. Permission freely granted to copy if copied in the entirety. Capítulo 3 ¿Qué es una maldición? Maldición: Expresar un deseo de mal en contra de alguien, expresar o llamar mal, daño, que pueda provocar que uno caiga, sea perseguido o arrestado, todo con la intención de que la persona caiga en grandes calamidades. Diccionario Webster de 1828 (utilizado en la KJV para explicar sus definiciones) ¿Se ha preguntado alguna vez por qué las cosas van en determinadas direcciones en su familia? ¿Se ha preguntado alguna vez por qué pasaron ciertas cosas en su niñez? O ¿por qué el cáncer continúa manifestándose en cada generación de una línea familiar pero no en otras o por qué el alcoholismo o abuso de drogas continúa afligiendo a buenas personas? O ¿por qué alguien tiene retraso mental? ¿por qué tenemos una violencia constante en nuestra familia; y por qué parecemos siempre desear desquitarnos? Decimos cosas como: “Nunca podré perdonarte”, y nos aferramos a nuestra falta de perdón hacia otros por años. Podríamos continuar mencionando problemas, pero deseamos llegar a las soluciones. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué crecen las malas hierbas en su jardín? Génesis 3:17-19 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo; Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra; porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Es obvio que existen las maldiciones hoy en día. Son el fruto de la desobediencia y del doble ánimo (Deuteronomio 28:15-29; Santiago 1:6-8,22). En el Antiguo Testamento se conocían muy bien las maldiciones. Por ejemplo, El Rey Balak contrató a Balaam para maldecir al pueblo de Dios (Números 22:6). Dios no solo maldijo a la serpiente, la tierra de Adán, la capacidad de Caín para cultivar nada, sino también maldijo a la mujer en sus preñeces (Génesis 3 y 4). ¿Todavía existen las maldiciones el día de hoy? Bueno, ¿todavía se angustian las mujeres al dar a luz? ¿Todavía tienen que sudar los hombres para ganarse el sustento? De hecho, ¿por qué es que las mujeres en muchas culturas modernas tienen la necesidad de trabajar para ayudar con las finanzas familiares? ¿Son los niños víctimas de la negligencia, a quienes los cuida y educa la televisión, a quienes se guarda bajo llave, el producto de la vida familiar bajo las bendiciones de Dios o bajo la maldición debido a su alejamiento de Dios? Los padres y madres que abandonan sus familias ¿son una bendición o una maldición para ellos y para sus generaciones futuras? El poder de las palabras

RkJQdWJsaXNoZXIy MTU1OTMyMg==