Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía

Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía Christian Faith International Ministries PO Box 3037 T or C, NM 87901* USA E-mail: CarlCFI@aol.com * Web: www.CFIM.Net and www.KingdomFaith Ministries.ORG © 2004 Christian Faith International Ministries. All rights reserved. Permission freely granted to copy if copied in the entirety. En el libro de los Hechos, la iglesia Cristiana estaba en un estado espiritual totalmente distinto. Señales, milagros y prodigios sucedían a diario. Las personas nacían de nuevo de a miles. Compartían su abundancia los unos con los otros. En vez de gastar una fortuna en seguros y cuentas médicas, y correr tras las bendiciones, estaban muy ocupados alabando a Dios y amándose los unos a los otros. Verdaderamente estimaban a los demás más que a sí mismos. Hasta quemaron sus artículos religiosos y sus ideas políticamente correctas. Comenzaban a vivir en la Tierra Prometida de bendiciones del Nuevo Testamento. ¿Qué provocó que la iglesia cambiara del Libro de Hechos de los Apóstoles, siendo que Dios no ha cambiado, Su Espíritu no ha cambiado, Sus dones son si arrepentimiento, Su amor nunca falla, y Su misericordia es eterna? Si Dios no cambia, obviamente la iglesia ha cambiado. Y la iglesia es la gente. De modo que lean esto individualmente, para ver qué puede hacer este documento para cambiar su vida, y no como una nota para criticar a la iglesia. ¿Qué ha provocado este cambio en la iglesia? Hemos levantado paredes e iniciado facciones que se convirtieron en denominaciones, creyendo que somos los únicos que tenemos la verdad, haciendo énfasis excesivo en asuntos menores, y cambiando el conocimiento por la relación personal con Dios, Jesucristo y entre nosotros. Con los únicos Cristianos con quienes nos relacionábamos eran aquellos que creían nuestras mismas doctrinas religiosas, por las cuales peleamos duro para aferrarnos a ellas, mientras que el Espíritu Santo y la Palabra decían “¡No!” La iglesia pensó que para tener unidad, era necesaria la unidad de la doctrina. De pronto, las doctrinas reemplazaron la relación. Algunas denominaciones que creían en la sanidad, tienen ahora sus nombres por todos los hospitales, confiando en los médicos y en la medicina más que en nuestro Señor Jesucristo y nuestro Padre celestial. Algunas iglesias que solían ser llenas del Espíritu, ahora rechazan los dones del Espíritu Santo porque no son políticamente correctos. Todas estas cosas no sucedieron repentinamente. Cuando Europa Oriental y Rusia fueron dominadas por el comunismo, los Cristianos arriesgaban sus vidas para protegerse y cuidarse los unos a los otros. Nunca preguntaron cuál era la doctrina que sus hermanos creyentes tenían sobre el Espíritu Santo, o cuándo debería ser bautizado uno, o cuál era el día de la semana en el cual uno debía adorar. Podríamos continuar por siempre dando ejemplos de las divisiones doctrinales que nos han separado. Cuando cayó la cortina de hierro del comunismo en aquellos países, se habló de las doctrinas denominacionales y se enseñaron. Sin embargo, con la nueva libertad de expresión, había muy pocos hablando de Jesucristo y teniendo una relación personal con El, ni se puso en lugar elevado el amor de Dios sobre las doctrinas preferidas. En vez de eso, buscaron la verdad a través de su propio entendimiento intelectual. Pero la única fuente de verdad que tenemos ahora es la misma fuente de verdad que Adán y Eva tuvieron en el jardín: escuchar la opinión de Dios respecto a los asuntos, y relacionándose con El, en lugar de fabricarse sus propias reglas y teorías humanas.

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