Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía

Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía Christian Faith International Ministries PO Box 3037 T or C, NM 87901* USA E-mail: CarlCFI@aol.com * Web: www.CFIM.Net and www.KingdomFaith Ministries.ORG © 2004 Christian Faith International Ministries. All rights reserved. Permission freely granted to copy if copied in the entirety. Capítulo 6 Comprendiendo la maldición de bastardía En el último capítulo, mostramos que un Cristiano puede estar bajo maldición. Mostramos que la liberación de las maldiciones requiere de la fe. Como con todas las promesas de Dios, cada una debe recibirse por la fe. Igual que Israel, aunque se le dio la Tierra Prometida, tenía que tomar por fe y obediencia a la revelación divina cada ciudad, de la misma manera los Cristianos toman cada una de sus bendiciones prometidas por medio de la fe y la obediencia. Tomemos un momento para examinar cómo guió Dios a Su pueblo fuera de Egipto. Egipto era la tierra de esclavitud. El los liberó por medio de Moisés. Ellos anduvieron en el desierto de la desobediencia y de la incredulidad. Deuteronomio 8:2 y 3 nos dicen lo que Dios intentaba que ellos hicieran. Deuteronomio 8:2-3 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido; para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, más de todo (toda palabra) lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. Si ellos hubiesen aprendido estas lecciones, se hubieran graduado rápidamente del desierto y hubieran entrado en su Tierra Prometida. En vez de eso, continuaron resistiéndose a escuchar la voz del Señor, y naturalmente, continuaron en su desobediencia rebelde. Josué 5:6 nos dice que por esta razón, y solo por esta razón, todos los hombres de guerra murieron en el desierto.17 ¿Cómo pueden ustedes pelear batallas espirituales si no han aprendido a escuchar y obedecer la voz del Señor como Josué lo aprendió? En la actualidad, nuestro libertador no es Moisés. Nuestro libertador es Jesucristo. El guiará a Su pueblo a un lugar donde aprendan a escuchar y obedecer a Dios. Si se resisten y continúan tercamente en su desobediencia para escuchar y obedecer Su voz, nunca cruzarán hacia la Tierra Prometida de las bendiciones del Nuevo Testamento. En vez de eso, se quedarán vagando en el lugar desierto. Por ejemplo, Jesús vino para darnos una vida más que abundante (Juan 10:10). En 1 Juan 3:2, aprendemos que sobre todas las cosas, Dios desea que prosperemos y que estemos en salud. Pero, ¿qué se necesita para recibir su salud y prosperidad? El verso termina diciendo que nuestras almas deben prosperar. ¿Cómo prosperan nuestras almas? A través de creer y obedecer la Palabra de Dios, que nos lleva a desarrollar una relación personal con Jesucristo, la Palabra de Dios. El es la Palabra Viva, el Camino, la Verdad y la Vida.

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