Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía

Rompiendo la Autoridad de la Maldición de Bastardía Christian Faith International Ministries PO Box 3037 T or C, NM 87901* USA E-mail: CarlCFI@aol.com * Web: www.CFIM.Net and www.KingdomFaith Ministries.ORG © 2004 Christian Faith International Ministries. All rights reserved. Permission freely granted to copy if copied in the entirety. Gálatas 3:6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. La carne produce justicia propia; la Fe produce la justicia de Dios. Gálatas 3:7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. La característica distintiva de los hijos de Abraham es que tienen la clase de fe que produce señales, milagros y prodigios. Gálatas 3:8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. La Fe equivale a la justificación de Dios, que significa hacer justo. Gálatas 3:9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Aquellos que son de fe, no meramente los asociados a Abraham por su nacimiento como lo creían los Fariseos, son aquellos que tienen las bendiciones de Abrahám. El verso 16 declara que las promesas de Dios fueron hechas a la simiente de Abraham, que es Cristo, y a todos aquellos que tiene fe en Cristo, como la tuvo Abraham.15 Una de las muchas promesas poderosas de Dios para Abraham, la cual pueden recibir con todo derecho hoy los creyentes con fe, es la bendición mencionada en Génesis 12:3 Génesis 12:3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Observen que este verso menciona tanto bendiciones como maldiciones. Como herederos del fiel Abraham, tenemos derecho de tener estas dos partes por fe. De modo que tenemos la bendición que aquellos que nos bendicen serán benditos. Y tenemos la promesa que aquellos que nos maldicen serán malditos. No nos corresponde a nosotros maldecir a otros o vengarnos. El Nuevo Testamento enseña claramente que debemos bendecir aquellos que nos maldicen, y aún orar por aquellos que con desprecio nos usan.16 Si no estamos seguros si alguno nos ha bendecido o maldecido, o si no estamos seguros de cómo tratar una situación negativa en la cual alguien nos ha maldecido, podemos descansar en la promesa de Dios en este verso: Creyendo y declarando la promesa de Génesis 12:3 nos facilita perdonar y permitir que Dios trate con la situación. Gálatas 3:10

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